Es increíble cómo ha avanzado la destrucción del andamiaje institucional y del Estado de Derecho en el País a tan solo un mes de que Claudia Sheinbaum haya tomado posesión como Presidenta de México. Es cierto que dicha ruta autoritaria ha sido impulsada por el obradorato, pero ya quedó claro que la nueva Presidenta no solo comparte la visión de su predecesor, sino que superará con creces su verticalidad y autoritarismo.