OPINIÓN

Ante la tragedia, los políticos nos exigen unidad, no crítica. Aun confinados, nos corresponde mantener el espíritu contestatario

Coma inducido

Jorge Volpi EN MURAL

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Cuando los neurocirujanos estiman que un paciente corre peligro de sufrir graves daños cerebrales, optan por una medida extrema: la administración de barbitúricos para causar un coma inducido. La idea es disminuir la presión intracraneal a cambio de postrar al sujeto en un profundo estado de inconsciencia. No es una metáfora descabellada afirmar que las decisiones de nuestros poderes médicos y políticos frente a la pandemia obedecen a una estrategia semejante: paralizar casi por completo nuestras sociedades -los sectores que no se consideran esenciales, y en particular los vinculados con el pensamiento- a fin de reducir la velocidad de contagio.