OPINIÓN

El mejor rasgo exhibido por AMLO ha sido, sin embargo, su voluntad de rectificar los errores

Cinco + siete

Jorge Volpi EN MURAL

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Hace un año, Andrés Manuel López Obrador consiguió al fin lo que pareció imposible: ganar la Presidencia con un apoyo no solo mayoritario, sino contundente. Fue -lo dije entonces- el inaudito triunfo de la razón. México, durante los doce años anteriores, se había sumido en una de las peores etapas de su historia: Felipe Calderón, con su irresponsable estrategia de seguridad, desató la ola de violencia que, al día de hoy, se ha cobrado unas 250 mil vidas -repito la cifra semana a semana, esperando que nunca deje de sonar escalofriante-, mientras que Enrique Peña Nieto convirtió a su gobierno en una aceitada maquinaria de saqueo.