Somos afortunados de vivir en el único País donde, al menos un día al año, revivimos a nuestros muertos para recordarlos, permitir que estén con nosotros esa noche y rendirles homenaje. Les ofrecemos dulces, pan, comida y, en muchos casos, incluso sus aficiones y manías, como el alcohol.
Tiene 26 años de experiencia, es sommelier por escuelas de Italia, España y México, y participa cada año como juez de concursos nacionales de vino. La docencia forma parte de sus actividades y ha incursionado en la creación de etiquetas.