Entre las diversas irregularidades en el nombramiento de la titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ), ninguna sorprende más que su desdén a cumplir con la ley. A la nueva ombudsperson no le importó pasar por encima de los derechos de aspirantes que sí cumplían con una obligación legal ausente en su perfil: no haber desempeñado dos años antes de la designación algún cargo en la administración pública que va a vigilar. A primera vista conquistó la posición, sin embargo, vistas las cosas en su conjunto, arrebató un modelo agotado.