Entre los muros de tezontle y cantera de la
Casa Zuno se resguarda un invaluable legado arquitectónico, artístico y documental. Esta
construcción en Guadalajara representa un testimonio vivo del
neoregionalismo, un estilo que fusiona la
tradición mexicana con influencias coloniales y prehispánicas. Su diseño, concebido entre 1922 y 1926 por el ingeniero
Arnulfo Villaseñor, es un reflejo del espíritu nacionalista que se respiraba luego de la Revolución y una declaración de identidad inspirada en la
cultura jalisciense.