No solo en el ámbito nacional y local, también en el internacional, encontramos manifestaciones claras de que gobiernos populistas han capturado en mayor o menor grado los aparatos de justicia. "Llevar la política al pueblo" sin la intermediación de instituciones o procedimientos legales pasa por concentrar el poder (unificarlo en torno a un líder), lo que significa anular los contrapesos del régimen, entre otros, el control constitucional o el ejercicio de la acción penal. Esto es devastador para una democracia constitucional que parte de la premisa de que nadie puede situarse por encima de la Constitución.