Observando un documental sobre depredadores africanos, me llamó la atención cómo cazan los leones en grupo. En una perfecta sincronía, siguiendo cada quien el rol que le corresponde jugar, y con una actitud de colaboración y compañerismo, lo que aumenta su eficacia para atrapar a su presa. Mientras se trata de someterla todo es armonía, los problemas empiezan cuando ya la mataron y se convierte en alimento o botín del grupo, entonces afloran egoísmos, rivalidades y el instinto de competencia por quedarse con la mayor parte o la más apetitosa.