Negociando y cediendo, Marcelo Ebrard desactiva la bomba tarifaria que Donald Trump había armado. Corta los cables justo antes de que dinamitara a la economía nacional; para el reloj segundos previos a que estallara la relación bilateral. Frena los aranceles e impide que México se convierta en "Tercer País Seguro" y promete ordenar los flujos migratorios y obtiene el apoyo estadounidense para el Programa de Desarrollo Integral El Salvador-Guatemala-Honduras-México. El país suspira de alivio, alza al Presidente en hombros y declara no haber perdido una pizca de dignidad. En Tijuana la clase política reconoce a Dios por su papel en el cese de las hostilidades y se hinca para agradecérselo. Pero quienes celebran con tanto frenesí la paz pactada no parecen darse cuenta de lo que hay debajo de la bandera blanca que AMLO agita. Por el momento, Trump dijo adiós a las armas, pero convierte a México en un campo minado.
Denise Dresser es politóloga, escritora, columnista y activista. Coordinó el libro "Gritos y Susurros: Experiencias Intempestivas de Mujeres". Ganó el Premio Nacional de Periodismo en 2010. Su último libro es "El País de Uno. Reflexiones para entender y cambiar a México".