La escena parecería situarse en otra época y en un lugar lejano. Lo cierto es que transcurre durante estos días estivales y no lejos de la ciudad. El personaje principal es una vaca. Y, sin embargo, no se trata de cualquier ejemplar, ésta está preñada y vive libre en el campo. ¡Pero qué campo! Es de un verde que conjuga todos los verdes posibles en la naturaleza. O así lo parece. Ahí la vida se reproduce y crece sin pausa, carga el aire con sus aromas y entra por los poros de quien hace un alto para contemplar.