OPINIÓN

Al ir de paso, apenas atisbamos fugazmente esa vida y sin reparar lo suficiente en sus detalles

Caminos

NEGRO Y CARGADO / José Israel Carranza EN MURAL

5 MIN 00 SEG

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La principal finalidad o justificación de la existencia de un camino es servir al mejor tránsito de almas y mercancías, y aun hacerlo posible cuando antes de su trazo no lo era, en especial en los terrenos de muy abrupta orografía, si el camino necesita sobrevolar abismos para volverse puente, y así nos obsequia siempre con una sensación de triunfo y de hazaña, o bien cuando penetra en las entrañas de la tierra para ser túnel y sacarnos al otro lado de la montaña -que así queda un poco desmentida o decepcionada de sí misma, tal vez por eso se venga todo el tiempo con deslaves o derrumbes-. Por eso, porque su razón de ser es facilitar lo transitorio de nuestra existencia, la existencia misma del camino parece no contar nunca gran cosa, salvo cuando el cumplimiento de su función se ve estorbado o impedido por desarreglos o contingencias; cuando, por ejemplo, queda desgastado o roto, o se tuerce o se hunde o, sencillamente, se detiene porque no puede seguir.