Segundos después de haber marcado el penal, el árbitro Peter Vervecken se dio cuenta de que había cometido un error. Un flashazo por su cabeza le hizo saber que todo había sido una simulación del delantero tras rodar estrepitosamente por el área grande. Que fue engañado y que se dejó llevar por la inercia de la jugada. Se enfrentaban el KAA Gent y el Tubize en la Liga belga.