Guadalajara tiene un río que la divide en dos -hoy entubado, antes corría a cielo abierto-; es el de San Juan de Dios que nace en manantiales del Agua Azul, alimentaba el laguito que hasta los años cuarenta tuvo lanchas y una islita en la que el pueblo bailaba los domingos; seguía el río hacia el norte con caudal para alimentar cuatro molinos de trigo y recibía, en su corto trayecto, aguas de otros manantiales como Agua Zarca, el Edén y los Caballitos. Grandes huertas se beneficiaban con el riego de sus aguas que se dividían en dos brazos formando, a la altura de la actual Calle Juan Manuel, una isla en la que se asentó la Alameda, paseo que fue muy popular, y que hoy son terrenos que ocupan el Parque Morelos, la escuela Basilio Vadillo y la Cruz Roja.