Toda expresión oral, escrita, fílmica o estática en medios de comunicación tiene un efecto político aunque no tenga una intención ideológica, sin embargo debemos destacar que lo único que nos puede acercar a la verdad es el libre flujo de la información como una fuerza disuasiva contra la farsa, la corrupción y la perversión de los políticos y, como consecuencia, de las instituciones.