OPINIÓN

La alcaldesa Delgadillo ha abierto una puerta, pero el reto real será institucionalizar ese paso blindándolo de los vaivenes políticos

Asear Guadalajara

David Gómez-Álvarez EN MURAL

3 MIN 00 SEG

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El servicio de recolección de basura en Guadalajara, durante décadas concesionado a Caabsa Eagle, se convirtió en un lastre urbano. Más allá de los cúmulos de bolsas negras en las banquetas y las unidades de recolección fallando en horas pico, lo que se descompuso en Guadalajara fue el modelo de concesión: tras tres décadas de relación contractual sin rendición de cuentas y con una pésima calidad de servicio, terminó colapsando. El hecho de que Verónica Delgadillo -la primera mujer en ocupar la presidencia municipal- decidiera no renovar el contrato con Caabsa y asumir el servicio desde el gobierno no es un acto administrativo: es una decisión política con riesgos operativos, implicaciones jurídicas y consecuencias urbanas.