Arieles 47
Guadalupe Loaeza EN MURAL
La primera entrega de los Premios Ariel se llevó a cabo en mayo de 1947, bajo la dirección del actor Andrés Soler. La ceremonia sería en El Patio, la boite más exclusiva para todo tipo de ceremonias. Los invitados empezaron a llegar desde las 9:00 p.m. Eran cerca de las 23:00 horas, cuando súbitamente hicieron su aparición las dos estrellas más bellas del firmamento mexicano, ambas actrices eran famosísimas y admiradísimas tanto en Estados Unidos como en Europa, ya sea por su magnífico guardarropa o por sus joyas. Tanto una como la otra eran vistas en el Ciro's, en los toros y en las fiestas a donde iba le tout Mexico. Eran los años dorados, el principio de la modernidad y de un nuevo régimen, el del Presidente Miguel Alemán, quien recién regresaba de una gira sumamente exitosa por Estados Unidos; el Presidente Truman lo había recibido en la Casa Blanca con grandes honores. En la capital acababa de abrir sus puertas el hotel Reforma junto con el centro nocturno Ciro's; europeos de todas partes del mundo querían conocer "la región más transparente" y gastarse sus dólares a 4.85 pesos. Mientras que en Europa invertían dinero en las armas, México inauguraba la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), y había que premiar a los artistas, directores y productores con la espléndida estatuilla en oro, El Ariel, diseñada por el escultor mexicano Ignacio Asúnsolo, quien a su vez se inspirara en el ensayo del escritor uruguayo José Enrique Rodó.
Descubrió quién es gracias a la escritura y al periodismo. Ha publicado 43 libros. Se considera de izquierda aunque muchos la crean "niña bien". Cuando muera quiere que la vistan con un huipil y le pongan su medalla de la Legión de Honor; que la mitad de sus cenizas quede en el Sena y la otra mitad, en el cementerio de Jamiltepec, Oaxaca, donde descansan sus antepasados. Sus verdaderos afectos son su marido, sus hijos, sus nietos, sus amigos y sus lectores