Melissa Nungaray regala poesía
Juan Carlos Sagredo
(08 agosto 2014) .-00:00 hrs
Un hombre desciende las escaleras de la estación Juárez del Tren Ligero, con aire distraido se acomoda en una de las bancas de espera y luego de un rato se percata de un pequeño libro que yace a su lado.
"Este libro no está perdido, es para ti, querido lector. Ten un hermoso día", lee en la primera página del volumen luego de colocarse los lentes, mira a su alrededor con cara de broma, pero nadie parece enterarse de su hallazgo y entonces vuelve a las páginas del poemario que tiene en sus manos.
Llega el tren, el hombre se pone el libro bajo el brazo, aborda un vagón, se acomoda de pie y vuelve a su nueva lectura, el tren suelta un pitido, cierra sus puertas y el viajero se pierde en un oscuro túnel con rumbo al este de la Ciudad.
Al otro extremo del andén, la joven escritora Melissa Nungaray ve partir uno más de sus textos; discreta, espera a que los pasillos se vacíen para volver a colocar sobre las bancas otro de sus títulos.
"Quiero que mis libros se lean... siempre ando con varios libros y cuando siento que es el lugar indicado para dejarlos, los dejo, a veces me quedo a ver quién los toma, los hojean, se ponen los lentes, miran para todos lados, sonríen y se van contentos", explica la autora de 15 años de edad.
Los lectores no sólo se limitan a cargar con el libro sino que en ocasiones buscan a Nungaray a través de las redes sociales para agradecerle el gesto y contarle cómo vivieron el encuentro con su obra.
"Me contactan a través de Facebook, uno de ellos, un muchacho, me contó toda la historia, que hasta dónde se lo llevó, que de estar picado en la lectura hasta se le pasó la estación, me dijo quién era y que le iba a poner su nombre al libro en la parte de atrás para dejarlo a que alguien más lo encontrara", comparte.
Con siete años de edad Nungaray publicó Raíz del Cielo su primer libro de poemas, dos años después salió a la luz Alba Vigía, luego vino Sentencia del Fuego y hace unos días dio a conocer Travesía, su cuarto volumen.
"Siento que la escritura me sorprende y lo hago, siento que tengo que escribir. La poesía me sorprende en cualquier lugar, estoy haciendo otra cosa y se me ocurre algo y lo tengo que anotar porque si no se me olvida, es así de simple", explica.
En plena adolescencia Nungaray enfila su poesía hacia nuevos rumbos. La naturaleza, los juegos y los sentimientos pueriles descritos en sus primeros libros han dejado paso a temas como el infierno, la muerte o el viaje que hace el cuerpo a través del tiempo.
"Ahora escribo poemas más largos y más complejos, creo. Ya tengo dos poemarios inéditos, uno de poesía y el otro de prosa, además estoy trabajando en una novela, me gustaría que fuera una historia policiaca... aunque me sale poética", dice y sonríe la joven.