Animalejo
DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Catón EN MURAL
3 MIN 30 SEG
"Lo único que te pido, hijito, es que nunca vayas a tener mujeres feas ni amigos pendejos". Ese encargo me hizo papá Chema, mi abuelo materno. De él escuché también una receta para conseguir la felicidad: "Beber sin emborracharse. Amar sin sufrir pasión. Comer sin indigestarse. Y a veces desbalagarse, pero con gran discreción y sin desacreditarse". Seguí la encomienda al pie de la letra, de modo que el abuelo jamás se me ha aparecido en sueños para reclamarme su incumplimiento. En efecto, mis amigos han sido siempre de mayor seso que el mío, y las damas con las que tuve trato antes de que el anillo de bodas me cortara la circulación fueron de muy buen ver y de mejor tocar. Yo también, lo mismo que el otro Machado, amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario. Puse "el otro Machado" porque a mi juicio Manuel Machado es mejor poeta que su hermano Antonio, aquel a cuyos versos puso música Serrat. A mis amigos les molestaba esa opinión mía, lo cual me preocupaba mucho, pues ya he dicho que ninguno era pendejo, hasta que leí una anécdota de Borges. Alguien habló en su presencia de Antonio Machado, hermano de Manuel, y él preguntó con simulado asombro: "¿De veras Manuel Machado tiene un hermano?". Esa boutade del gran argentino me tranquilizó. (Boutade es, para los franceses, una ocurrencia mordaz). Veo que me estoy apartando de un relato que ni siquiera he empezado todavía. Lo comienzo. Cierto señor tenía un amigo de escaso caletre y entendederas módicas. Un día lo invitó a su casa y le mostró un telescopio que se había comprado. Le dijo: "Con él puedo ver hasta tu casa, que se halla al otro extremo de la ciudad. Ahora mismo estoy viendo a tu esposa en su recámara. Se está quitando la blusa". Comentó el amigo: "Ha de tener calor". "Ahora -prosiguió el otro- se está quitando la falda". "Ha de tener calor" -repitió el visitante. "Ahora -dijo el del telescopio- se está quitando la ropa interior". Volvió a decir el esposo de la mujer: "Ha de tener calor". "Ahora -dijo el otro- entró a la recámara el vecino y se está desvistiendo". "¡Ah no! -se indignó el papanatas-. ¡Si tiene calor y quiere bañarse que vaya a su casa y use su propio baño!". (Recordemos la antigua, piadosa oración: "Oh, Señor, Señor, Señor. / Mándame pena y dolor. / Mándame males añejos. / Pero lidiar con pendejos / ¡no me lo mandes, Señor!")... Los parroquianos del Bar Aúnda se maravillaron al ver entrar a un tipo que llevaba en la cabeza un sapo. El individuo se sentó con naturalidad en la barra, pidió una cerveza y empezó a beberla directamente de la botella. (No hacía bien. Los expertos cerveceros afirman que la cerveza se debe servir en vaso, copa o tarro, a fin de que al contacto con el aire se manifiesten sus cualidades y pueda el bebedor aspirar y disfrutar su aroma, tal como se hace con el vino). El cantinero le preguntó: "¿Por qué trae usted ese animalejo?". Para su sorpresa el que respondió fue el sapo. Le dijo: "Todo empezó cuando me salió un forúnculo en una nalga. Al paso de los días fue creciendo hasta convertirse en este feo sujeto"... Doña Panoplia de Altopedo, dama de buena sociedad, fue al departamento de carnes del supermercado y le pidió al carnicero que le mostrara un pollo crudo. El hombre le presentó uno. Doña Panoplia tomó al pollo en sus manos y lo revisó exhaustivamente. Lo miró por todos lados, lo sopesó, le olió sus diferentes partes, lo palpó cumplidamente y llegó al extremo de introducirle un dedo por salva sea la parte a fin de inspeccionar el interior del ave. Al ver todo eso el carnicero le preguntó amoscado a doña Panoplia: "Señora: ¿pasaría usted ese examen?"... FIN.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.
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