OPINIÓN

Anillo al dedo

Denise Dresser EN MURAL

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Andrés Manuel López Obrador está feliz, feliz, feliz. Para él, la crisis del coronavirus no significa muerte y empobrecimiento, sino poder y empoderamiento. No entraña sana distancia e infección, sino un margen cada vez más grande de acción. Permiso para gobernar por decreto, deshacerse de contrapesos incómodos, justificar la forma unipersonal como ejerce el poder y concentrarlo aún más. Licencia para dictar decretos y que el Congreso los convierta en ley sin chistar. Venia para recortar sueldos y que la burocracia se vea obligada a colaborar. El Presidente sabe que es el momento perfecto para comportarse como quiera -aun de la manera más escandalosa- y nadie querrá o podrá pararlo. El gobierno de la Pandemocracia Pejista.