OPINIÓN

Con sentido del humor, Alatorre demostró que era absurdo ponerse a defender algo que no necesitaba defensa

Alatorre

NEGRO Y CARGADO / José Israel Carranza EN MURAL

4 MIN 30 SEG

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En 1981, como fruto del aparatoso nacionalismo con que José López Portillo pretendía dejar su impronta en la historia de México, se creó por decreto la Comisión de Defensa del Idioma Español. Al año siguiente dejó de existir, cuando lo ridículo de su propósito no sobrevivió el cambio de sexenio y el país tenía cosas más urgentes de qué ocuparse -empezando por el desastre colosal heredado por aquel Presidente que se sentía Quetzalcóatl encarnado-. Quienes ya teníamos tantito uso de razón entonces podremos recordar la campaña sangrona con que esa comisión pretendía corregirnos a los mexicanos tentados de usar expresiones "incorrectas" o voces extranjeras, sobre todo anglicismos, en las que se veía una flagrante amenaza a nuestra identidad.