OPINIÓN

Al diablo las instituciones

Bernardo González Mora EN MURAL

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El controvertido espectáculo que nos acaba de dar la Suprema Corte de Justicia de la Nación pone en evidencia la influencia de los deseos del Presidente y del cumplimiento del compromiso de los nuevos ministros que llegaron bajo sus auspicios. La manera como resolvió la mayoría estuvo marcada por el temor o el deseo de no chocar con el primer mandatario, y cuando un Poder se deja influenciar por la opinión de otro Poder, al margen de su responsabilidad, está vulnerando su autonomía. Tuvieron el cuidado de no chocar, pero procurando atender la naturaleza de la institución que representan. Siendo los únicos responsables de la administración de la justicia, al aceptar que la aplicación de la ley se someta a consulta están abdicando a la responsabilidad que la Constitución Política les encomienda. Si apreciáramos como metáfora el pasaje evangélico en el que Poncio Pilatos somete a la decisión del pueblo a quién liberar, a Jesús o a Barrabás -en la versión cristiana, un bandolero-, lo calificaríamos como una grave injusticia propiciada por el equivocado juicio de la turba.