OPINIÓN

Ajedrecista

Paloma Ramírez EN MURAL

3 MIN 30 SEG

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Para mi padre había actividades propias de mujeres y otras, de hombres. Por ejemplo, cargar bártulos, revisar el motor de un auto, subir a la azotea o arreglar algún desperfecto casero eran parte de los deberes varoniles. Cuando se requería de músculo o de ensuciarse las manos, solía buscar apoyo (aunque éste fuera sólo moral) en otro hombre. Muchas veces lo vi salir por la puerta de la casa junto con mi hermano, quien lo seguía arrastrando los pies al anticipar los quehaceres. Entonces me alegraba de que aquello no me concerniera.