Hay de acciones negligentes a omisiones graves. Pero el ocultamiento del estudio sobre el Río Santiago por más de una década es criminal. Anteriores administraciones y distintas dependencias escondieron deliberadamente información que documentaba lo que ya se sabía: que los niveles de contaminación por metales pesados y otros contaminantes letales en el río más contaminado del país son una fuente de peligro para los habitantes de la zona. Gracias a la pericia de periodistas como José Toral y a la tenacidad de organizaciones como Un Salto de Vida, la Comisión Estatal de Derechos Humanos tuvo que emitir una recomendación para que se investigue a las autoridades federales y estatales responsables. La macro recomendación del Río Santiago de hace casi tres lustros ha quedado prácticamente archivada, sin que se le haya dado puntual seguimiento a su cumplimiento. Ya veremos si esta recomendación no corre con la misma suerte.