OPINIÓN

Agentes milenarios

Carlos Vázquez Segura EN MURAL

4 MIN 00 SEG

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Por un lado debo recordarle a la autoridad que el centro de la ciudad tiene vida, hay energía, anhelos y negocios que pagan impuestos. También ahí se necesitan servicios, se les da mantenimiento a las cosas, se crece, se cambia, se llevan a cabo obras y se requiere el suministro de mercancías, de insumos y de materiales, los cuales requieren ser movidos en los vehículos adecuados. Sucedió que, después de largas seis horas de marcar y marcar al teléfono de la Secretaría de Movilidad, me convencí de que no acudiría al lugar agente vial alguno, por lo que quedé indefenso ante un pelafustán agresivo y -quizá- drogado, quien se salió con la suya abandonando el lugar impunemente. No sé qué problemas tenía en ese entonces la mencionada Secretaría con su personal, pero nadie acudió a auxiliarme y nadie respondió ni por mis seis horas de vida, ni por el golpe a mi auto que acabé pagando yo mismo, por ser -a fin de cuentas- la opción más económica al considerar el costo del tiempo y el del inevitable desgaste emocional que habría de invertir, sin mencionar abogados, derechos, peritajes y todo lo que implica demandar a un rufián.