OPINIÓN

Aun las ciudades más portentosas de todas las civilizaciones están condenadas a desaparecer

Acapulco

NEGRO Y CARGADO / José Israel Carranza EN MURAL

4 MIN 30 SEG

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"El lugar en que fueron destruidos los carrizos". En 1951 se publicó la primera edición del libro Acapulco en el sueño, de Francisco Tario y Lola Álvarez Bravo. Dedicado al presidente Miguel Alemán, "fundador de esta nueva ciudad de Acapulco" y al empresario Melchor Perusquía, "singular ejecutor de la inusitada tarea" (secuestrado y asesinado en 1996), es una libérrima reunión de poemas, breves narraciones, ensayos mínimos, informaciones históricas o técnicas tomadas de Humboldt, del cronista José Manuel López Victoria o del naturalista Enrique Rioja, además de aforismos e invenciones (al final hay una carta apócrifa de D. H. Lawrence) que, a lo largo de las páginas, el escritor va logrando que se entiendan de un modo incontrovertible con las visiones en blanco y negro de la fotógrafa: una guía inusitada de bellezas y paisajes del puerto, pero también el registro de las impresiones poderosas que su vivencia dejó en ambos artistas. En gran formato, con papel y acabados de primera calidad y camisa diseñada a partir de una serigrafía especialmente realizada por Carlos Mérida, se imprimieron siete mil ejemplares (el editor fue Joaquín Díez-Canedo), y sólo cuarenta años después se hizo una segunda edición, costeada por la Fundación Cultural Televisa: otras veinte mil piezas. Aun así, es un libro tan difícil de conseguir, y una maravilla tan absoluta, que a veces se antoja imaginar que nunca existió.