A dónde irá...
DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Catón EN MURAL
3 MIN 30 SEG
Motel Kamawa. Habitación número 210. Dulciflor, linda muchacha, y Afrodisio, labioso galán, se habían entregado a los deliquios de la sensualidad. Preguntó, ensoñadora, Dulciflor: "¿Seremos así de felices cuando nos casemos?". Respondió Afrodisio: "Si nos tocan buenas parejas, sí"... Triste canción, canción de adioses, es la que se conoce comúnmente como Las Golondrinas, cuyo nombre verdadero es La Golondrina. Su música la compuso un mexicano, Narciso Serradell, y la letra se atribuye a un escritor español, Niceto de Zamacois. Yo la escuché por primera vez en una plaza de toros, cuando se retiró don Fermín Espinosa, "Armillita", el Maestro de Saltillo. Su padre, anciano ya, le cortó la coleta, el público puesto de pie, y luego el gran torero dio varias vueltas al ruedo entre las melancólicas notas de Las Golondrinas. Cosas son ésas que jamás se olvidan. Recordaré la letra de la canción, y diré luego el bello mensaje que sus versos guardan. Para ese efecto pondré con mayúscula la primera letra de cada uno. "A dónde irá, veloz y fatigada, / La golondrina que de aquí se va, / O si en el cielo se hallará extraviada, / Buscando abrigo, y no lo encontrará. / Junto a mi pecho le pondré su nido, / En donde pueda la estación pasar. / También yo estoy en la región perdido, / Oh cielo santo, y sin poder volar. / Dejé también mi patria idolatrada, / Esa mansión que me miró nacer. / Mi vida es hoy errante y angustiada, / Y ya no puedo a mi mansión volver. / Ave querida, amada golondrina, / Mi corazón al tuyo estrecharé. / Oiré tu canto, amada peregrina, / Recordaré mi patria y moriré". Con diversas variantes, la versión que he transcrito es la más aceptada. ¿Cuál es el mensaje que ese texto guarda? La letra de Las Golondrinas, sea de Zamacois o de quien sea, contiene un acróstico que no todos los que han oído la canción conocen. Un acróstico es una composición poética, las primeras letras de cuyos versos forman una palabra o una frase. Juntemos la letra inicial de cada verso de Las Golondrinas y leeremos el mensaje oculto en la canción. Dice: "Al objeto de mi amor". Por una licencia literaria la i aparece como ye. Bello detalle el de este acróstico, y poco conocido, como dije, en una de las piezas más tocadas en nuestro país. Se escucha en funerales, jubilaciones y ocasiones de adiós en general. A mí me la cantaron mis amigos en desafinado coro -las copas, si son copiosas, no saben afinar- la noche de mi despedida de soltero, pues les dije que no contaran ya conmigo para nuestras andanzas de noctívagos olvidados de la civilidad y el catecismo. Viene todo eso a colación porque ayer le cantamos Las Golondrinas al cambio de horario. Por última vez atrasamos las manecillas del reloj, y no habremos de adelantarlas ya otra vez. Se acabó el horario de verano, y contra la opinión de algunos yo aplaudo su terminación, pues a mí ese tal horario me producía una especie de jet lag que me traía hecho un pendejo durante varios días y que mermaba sensiblemente mis facultades, ya de por sí menguadas por ese implacable ejército, los años, que no detiene su continua marcha. Aplaudo a López Obrador por tal medida, la única buena, dicen unos, en lo que va de su sexenio. Muchas cosas habré de reclamarle, pero esta decisión la alabaré... Don Chinguetas y doña Macalota habían hablado de redecorar su casa. Pocos días después, la señora sorprendió a su casquivano esposo con una estupenda morena en el lecho conyugal. Antes de que su erizada consorte pudiera articular palabra le dijo don Chinguetas: "Tú tienes tus ideas sobre cómo redecorar la casa, y yo tengo las mías"... FIN.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.
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