Hace 15 años que abrió sus puertas El Fogón del Pibe. No recuerdo en qué año fui por primera y, hasta ayer, última vez a comer, pero la experiencia no fue para nada agradable. Y esto, por supuesto, no fue culpa del restaurante sino de los papás de un niño que, en pañales, iba caminando por el local, tirando "recuerditos" del pañal. Por demás desagradable.