OPINIÓN

2° piso del autoritarismo

Jesús Silva-Herzog Márquez EN MURAL

3 MIN 30 SEG

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Pocas elecciones tan trascendentes como la del próximo domingo. Pocas campañas tan grises como las de esta temporada. La candidata del continuismo se dedicó a gestionar una ventaja que consideró irremontable. Paseó su triunfalismo por todo el país esmerándose en conservar el único voto que cortejó: el del Presidente de la República. Pudo haber presidido enormes concentraciones, pero su única preocupación era halagar al señor del Palacio. Al asumir la candidatura de Morena, o como la llamaban antes de que eso se formalizara, daba señales de que buscaría imprimirle su sello a la campaña. Coqueteó, a veces, con un cambio de acentos, insinuó con timidez que había problemas. Pero apenas lo sugería, se desdecía para jurarle fidelidad eterna al Presidente y promoverse como la cuidadora más fiel de su legado.